De Austrália a Forks

Los árboles se entrelazaban dificultando así el paso de los campistas... ~Si había campistas ahí claro~. Todo era verde. Monotonía absoluta. Aún no comprendía por qué había elegido Rose ese sitio para vivir. Mientras pensaba, casi me choco contra un viejo sauce llorón. Precioso si no fuera por el olor a musgo que hacía allí. Y no solo de musgo sino, atmbién, a chucho. Me quemaba la nariz tanto que era como unod e esos dias en que sientes que te pica la nariz pero ya está demasiado lejos como para podertela rascar con el pañuelo. Claro está, hacía muchísimo tiempo que no sentía esa sensación.

En Austrália era todo muy distinto. Yo me alojaba en una pequeña montaña al lado de la costa. Nadie iba por ahí por qué, según ellos, había un monstruo cobrador de almas y quita-vidas. Yo era ese monstrúo. Antes de pasarme al sistema vegetariano (a base de canguros y Koalas) los campistas a los que mordía solían ser en alta mar, para que los humanos lo relacionaran con pulpos marinos o un accidente por el temporal o por los immensos corales que había ahí. Por eso me encantaba estar ahí. Sus nítidas aguas te dejaban ver esos magníficos corales y, cuando te sumergias, era como ser una princesita de cuentos de hadas solo que con una leve diferencia, tú eras la bruja mala o el dragón apestoso.


Mi plan era sorprender a Rose y a Emmet (obviamente cojiditos de la mano ajajajaja) al finalizar sus ''clases humanas''. De ahí en adelante viviría en el pueblo, así me aseguraría de que soy completamente capaz de llevar una vida humana. Tal vez, no tan normal como la suya ni completamente normal como la de los humanos, pero en cercanías. Y sino... siempre me podía quedar en el bosque. ¡No! ¡De eso nada! Estaba completamente segura de qu eno iba a vovler a ese bosque a quemarme la anriz. Oggrr...

Andaba a paso ligero para llegar a tiempo y a la vez, precavida para no encontrar: peligro. Y tal vez, para orientarme mejor.

La ví. Fui hacia ella y...


OFF: SIGUE EN EL APARCAMIENTO JEJEJEJE besoos